Brindo mi homenaje de soldado y de patriota a la legión de los héroes argentino que encabezada por San Martín nos contempla desde la inmortalidad y cuyo recuerdo está presente entre nosotros. Cada uno de ellos es el ejemplo de las virtudes a que aspiramos y la inspiración de nuestras acciones en el servicio diario de
“Por eso la escuela de las armas, templada en el sacrificio y tonificada en la contemplación de los héroes, está dirigida a la formación del carácter que hace grandes a los hombres y fuertes a los pueblos”.
“La historia de la humanidad es un catálogo interminable de acontecimientos, donde el hombre ha sucedido al hombre, donde los pueblos han seguido a los pueblos y donde las naciones han surgido sobre las ruinas o las grandezas de las naciones. En ese devenir de los siglos o de los milenios, una verdad persiste como permanente: el hombre sigue siendo el valor predominante de la historia, de la vida, del trabajo y de la lucha”.
“La vigilia en armas es la misión del soldado, como el trabajo incesante es la función del ciudadano. Desde la vieja Esparta que dividió a su pueblo en guerreros y en trabajadores, hasta nuestros días, en que los trabajadores son a su vez soldados de
“La república nos inviste de jerarquía y nos discierne grados, esperanzada en nuestra pericia y confiada en nuestra lealtad de ciudadanos para servirla. Nuestro compromiso consiste en no defraudarla. Para ello el procedimiento es simple y claro el objetivo: poder saber para una profesión perfeccionada y saber poder para un servicio ennoblecido por la virtud”.
“Con ésta, la razón de ser de nuestra existencia, nace el imperativo de camaradería y solidaridad que, como una fuerza inmanente, da cohesión espiritual a los hombres embanderados en el servicio directo de
“A nosotros nos está vedado servir intereses parciales o de círculo, porque
“Entendemos
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