5/30/2008

La censura cultural en Córdoba


Durante la última dictadura

Fuente: La Voz del Interior (Cordoba)


Las “obsesiones” represivas de Menéndez. La prohibición de libros y cómo los militantes políticos escondían obras o compraban las de tinte nacionalsocialista para distraer. ¿Recordás algún libro que haya sido prohibido? Dejá tu comentario.
Federico Noguera
De nuestra Redacción
fnoguera@lavozdelinterior.com.ar

Al igual que ocurrió durante el nazismo con la quema de miles de libros en la Bebelplatz de Berlín el 10 de mayo de 1933, el Tercer Cuerpo del Ejército incineró el 29 de abril de 1976 cientos de textos censurados durante la última dictadura militar en Córdoba.

La medida fue ordenada por el entonces jefe del Cuerpo, Luciano Benjamín Menéndez (ver Un hombre violento y que nunca se arrepintió , 26/05/08), quien entendió que los materiales resultaban "perniciosos" para el intelecto.

"La dictadura militar tuvo una profunda política de censura sobre lo que podíamos hacer, leer y pensar", afirma la titular del Archivo, Ludmila da Silva Catela, quien agrega que los militares "prohibían un autor y su obra".

Por eso, el Archivo Provincial de la Memoria, ex Departamento de Inteligencia de la Policía (D2), creó la "Biblioteca de Libros Prohibidos", un espacio que desde 2007 intenta recordar, recuperar y difundir los materiales censurados como sus historias. Y que pretende, además, incentivar la reflexión sobre una época nefasta y oscura. También hay un archivo de la historia oral en el cual los sobrevivientes y familiares de desaparecidos relatan el horror de esos años.

Durante la represión de Menéndez en Córdoba la censura fue implacable. "El Tercer Cuerpo del Ejército tenía una obsesión por la represión cultural. Fue uno de los que más énfasis puso", relata la también investigadora del Conicet .

En el período de facto se censuraron más de 100 obras de autores locales y extranjeros de las que se tengan conocimiento y se intervinieron varias bibliotecas, entre ellas la Córdoba y la de Filosofía , de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC).

Para unas de las colaboradoras de la Comisión Provincial de la Memoria, Eliana Lacombe, "no sólo había una política de represión sistemática a militantes, sino también persecución ideológica llevada a muchos extremos: los libros infantiles, por ejemplo".

Es conocido el caso del libro La torre de cubos, de Laura Devetach, prohibido por el Ministerio de Cultura y Educación de Córdoba por su "ilimitada fantasía". Pero los infantiles no fueron los únicos libros censurados: muchas obras ligadas al movimiento tercermundista también fueron secuestradas por el Tercer Cuerpo.

De cualquier forma, las prohibiciones alcanzaron pero vigentes en otras provincias. La censura podía ser a nivel nacional, provincial y municipal.

"Estaba la preponderancia de decir: ‘Las Fuerzas Armadas prohibían cualquier cosa’. Pero si uno de pone a ver era unos grandes estudiosos. Estaban preocupados con qué se transmitía en la escuela", dice Da Silva Catela.

Revistas. Asimismo, la revistas culturales y políticas locales también sufrieron la represión cultural. Sin embargo, Lacombe y Da Silva Catela dicen desconocer los mecanismos previos de los censores al momento de editar las revistas. En tal sentido, Da Silva Catela revela que en Buenos Aires, "los de la revista Humor, muchas veces, se sentaban con los censores a discutir sobre algunas cuestiones".

Autocensura. "Muchos militantes lo que hacían era enterrar o quemar buena parte de su biblioteca porque pensaban que podía ser peligroso. La autocensura tiene que ver con eso: cómo se ejecuta la ‘cultura del miedo’", afirma la responsable del Archivo.

Los militantes también utilizaron mecanismos de distracción. Da Silva Catela comenta que algunos compraban "muchos libros que hagan la biblioteca de un nacionalsocialista" y de esa forma "mezclaban" sus propios libros "con esos, los forraban, los llevaban a casas que no podían ser sospechosas".

Una historia de horror. El Archivo Provincial de la Memoria de Córdoba (Pasaje Santa Catalina 66), ex D2, permaneció en poder de la Policía hasta 2006.

Lo que muchos no saben es que esos terrenos, que inicialmente fueron propiedad del Cabildo, luego pasaron a ser casas de familia durante los siglos 18 y 19, y posteriormente sede de la empresa de alfajores Chamás.

"Desde el origen siempre se utilizó para asesinar personas. Desde 1577 se utilizaba para el fusilamiento de los reos y se conocía como El Corral", cuenta Da Silva Catela.

No hay comentarios.:

El poder de las redes

El Poder De Las Redes

From: marioenrique, 1 hour ago