3/10/2013

Juan Domingo Perón: ¡ los archivos secretos !


Ninguno de los investigadores consultados por Infobae estaba al tanto de la aparición del archivo de Perón, pese a que la misma tuvo lugar hace más de dos años. Los enigmas que podrían revelar
El Gobierno no informó a nadie del hallazgo
Crédito foto: Archivo Perón
“Todo el archivo de Perón estaba y quedó en Puerta de Hierro, dijo la autora de Las mujeres de Perón, Araceli Bellotta. La casa queda cerrada, hasta con el cadáver de Evita adentro, que después fue traído durante la presidencia de Isabel. Luego (Mario)Rotundo le remata a la viuda de Perón todo: biblioteca, muebles, ropa”. Rotundo es un empresario de rara trayectoria que, aduciendo que el General le había confiado sus pertenencias, se apropió de ellas y protagonizó por ese hecho un largo litigio con Isabel.
Pese a ser la vicepresidente 1ª del Instituto de Revisionismo Histórico Manuel Dorrego –recientemente creado por Cristina Kirchner y presidido por Mario O’Donnell- Bellotta no fue informada de la ubicación del archivo. “En todo caso, cuando yo escribí mi libro no lo vi”.
El propio O’Donnell, titular del organismo, se notificó por la consulta de este diario: “No, no sé nada, no le puedo decir nada al respecto, pero agradezco la información porque el tema me interesa mucho”.
“Cuando Perón volvió la última vez, decidió que ese archivo y el cadáver de Evita se quedaban en Madrid. Cuando él muere, los ‘montos’ (montoneros) secuestran el cadáver de Aramburu y exigen la repatriación del cuerpo de Evita. Cuando se produce el golpe de Estado, el archivo desaparece”, nos dijo Román Lejtman, autor de una de los investigaciones más recientes y completas sobre el tema (Perón vuelve). Tampoco él había sido informado de la recuperación del archivo.
El año 1976 marcaría el comienzo del derrotero secreto del archivo del General(ver Un misterioso archivo de Perón es ocultado en despachos oficiales). Pese a que las autoridades del Archivo General de la Nación, donde ahora se encuentra depositado, confirmaron que lo tienen, falta explicar el porqué del hermetismo en torno a este hallazgo. En tiempos en que es frecuente la apelación a la epopeya histórica para el sostén del relato y del discurso político, no sorprendería que la intención hubiese sido reservar estos papeles para lecturas amigas.
“Cuando yo empecé la investigación para el libro, alguien en Casa de Gobierno me dijo que estaban detrás de ese archivo pero no me lo dejaron revisar, contó Lejtman. La verdad es que pensé que me estaba mintiendo. Ahora, se vienen los 40 años de la muerte de Perón (2014), no me sorprendería que busquen un impacto para esa fecha”.
Ni siquiera Víctor Laplace, flamante realizador de un film sobre Perón (Puerta de Hierro, el exilio de Perón), estaba al tanto del asunto. “No, no lo sabía y la película ya la hice”, respondió con humor. “Me gustaría ver esos documentos, por supuesto, y comparar la realidad con mi guión, me interesa mucho”, agregó.
Infobae pudo saber que en las cajas encontradas hay cartas de algunos dirigentes que aún viven, como por ejemplo, el ex diputado Lorenzo Pepe, que actualmente preside el Instituto Nacional Juan Perón. Pero no fue posible comunicarse con él para confirmarlo y saber si estaba al tanto de la presencia de esa documentación en el AGN.
Ceferino Reato, autor de dos investigaciones sobre hechos clave del pasado (Operación Traviata –asesinato de Rucci- y Operación Primicia –asalto a un regimiento en Formosa durante el gobierno de Isabel Perón), dijo que sabía “que Perón tenía un archivo pero no que se había tenido noticia del paradero”, ya que nunca, en el transcurso de sus investigaciones, le habían hablado de su aparición. “ Pensé que alguno podía tener algo, Isabelita por ejemplo, y alguna otra persona, pero no sabía que existía de manera sistemática”, agregó.
Una larga persecución
Esta historia es una secuela más de la larga persecución de que fue objeto Juan Domingo Perón y de las muchas interrupciones violentas del ciclo institucional argentino durante el siglo pasado. Luego del golpe de Estado que lo destituyó e interrumpió su segundo mandato presidencial en 1955, Perón emprendió el camino del exilio. Tras breves estadías en Paraguay, Panamá, Venezuela y República Dominicana, se instaló en España, en enero de 1961, en la localidad de Puerta de Hierro (alrededores de Madrid), hasta su regreso a la Argentina en 1973.
Hubo en esos años, un constante ir y venir entre Buenos Aires y Madrid: hombres, cartas, declaraciones y cintas grabadas fueron el vehículo mediante el cual el dirigente exiliado logró mantener su liderazgo sobre el movimiento que había creado.
Ordenado como buen militar de formación, cuesta creer que Perón no haya tenido un archivo sistematizado. Sin embargo, casi toda la correspondencia suya que se ha publicado, lo ha sido por iniciativa de quienes la recibían. La más famosa –y quizá la más completa serie- es la que mantuvo con John William Cooke, su primer delegado en el país.
 
El hallazgo de una decena de cajas conteniendo documentos, cartas, cintas y otros papeles privados reunidos por el General durante esos años clave del pasado relativamente reciente debería ser una buena noticia compartida por todos los argentinos.
Muchos episodios –e incluso algunos enigmas- de la historia del país podrían ser esclarecidos o analizados bajo una nueva luz gracias a este archivo. Por ejemplo: ¿hubo una negociación entre Perón y el general Pedro Eugenio Aramburu para poner fin al régimen de Onganía y acelerar la apertura democrática en el país? Muchos peronistas históricos así lo aseguran e incluso señalan a Ricardo Rojo, el autor -ya fallecido- de Mi amigo el Che, como gestor de un encuentro entre ambos generales. ¿Habrá en esas cajas correspondencia entre Perón y Rojo o incluso Aramburu? De confirmarse esta relación, obligaría a revisar la historia del surgimiento de Montoneros y las motivaciones detrás de la operación que los catapultó a la fama: el secuestro y asesinato de Aramburu.
¿Visitó secretamente el Che Guevara a Perón en Madrid para persuadirlo de instalarse en Cuba, en respuesta a la insistente invitación de Fidel Castro, sistemáticamente declinada por el líder argentino, que veía en ello el fin de su autonomía política?
Perón tuvo vínculos y muy posiblemente también correspondencia con otros grandes protagonistas de su tiempo: Charles De Gaulle, Gamal Abdel Nasser, Mao, el ya citado Castro, etcétera. Su formulación de la Tercera Posición lo había convertido en un líder de concepto mundial. Pero, del mismo modo que con algunas personalidades tuvo afinidad por compartir categorías comunes de observación del devenir de los acontecimientos mundiales, es también conocida la animadversión que despertó en otros, desde Churchill a Stalin.
 
Otros misterios que aún rodean la historia peronista, como el robo de las manos de Perón, podrían tal vez ser esclarecidos. Es proverbial la sagacidad de Perón durante su exilio para persuadir a todo núcleo de poder que pudiera obstaculizar su retorno al país de que éste sería en su beneficio, para más tarde decir, en un recordado discurso en la CGT en 1973: "Ellos creían que yo era uno de ellos, pero yo no era uno de ellos, yo era uno de los nuestros". Una actitud que pudo despertar el rencor de más de uno. ¿Habrá entre los papeles de Perón cartas que prefiguren un ánimo de venganza, o textos de advertencia y hasta amenaza?
Un período particularmente intenso fue el de la misión que Isabel, la tercera esposa de Perón, vino a cumplir a la Argentina en 1964. El objetivo del viaje –cumplido- fue poner fin al desafío del vandorismo al liderazgo del General exiliado. La correspondencia y los informes que Isabel le envió entonces desde el país están en esas cajas, según pudo saber Infobae.
Sería lamentable que la sombra de la manipulación dificultara una vez más, como ha sucedido muchas veces en el pasado, la reconstrucción de una memoria histórica que pertenece a todos los argentinos. 

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    From: marioenrique, 1 hour ago