5/24/2008

Estoy con el campo, boluda

LENGUAJE Y MODA

Fuente: La Tandilura

(Por Melquíades Kafka) Pasan unas chicas adolescentes caminando por la calle y una le dice a la otra: “Estoy con el campo, boluda”. Como nunca las palabras, con su propia música y energía, se instalan de la nada y sin pedir permiso en el imaginario social de los argentinos.

"Campo" es una abstracción geográfica y “boluda” es una categoría posmoderna del lenguaje que enuncia complicidad y va camino de suplir al argentinísimo “che”. Siempre, para quienes gustamos de las palabras, nos produce un cosquilleo cómo de la nada quedan a vivir entre nosotros.

No creo, en este caso, (porque al consultor de imagen el campo lo contrató después) que esté la pluma de un profesional detrás del slogan: “Estoy con el campo”.

Es tan fuerte, tan potente como expresión, que se apoderó de la escena mediática y hasta ahora el gobierno no ha sabido cómo contrarrestarlo. Se podrá decir que el gobierno tiene problemas más graves que un slogan, es cierto, y que poco hace para enmendar la cadena de horrores que ha producido desde el 11 de marzo a la fecha, pero no debería subestimar el poder arrasador de una consigna.

“Estoy con el campo”, para la argentinidad pasiva, es una toma de posición no muy frecuente. Tiene la potencia de otras frases célebres como por ejemplo “Vamos ganando”, que la revista Gente popularizó durante la guerra de Malvinas, o “No se olviden de Cabezas”, que prendió de una hasta que, con el suicidio de Yabrán, el fotógrafo fue olvidado.

No importa aquí el nivel de compromiso –si retórico y superficial o militante y profundo- que manifiesta el argentino que pone el cartelito con la consigna en el vidrio de su auto. Estamos hablando de otra cosa: estamos hablando del lenguaje en su expresión más pura. De la palabra con su propio carisma que seduce y contagia. “Argentina potencia”, “No los voy a defraudar”, “Dicen que soy aburrido”, son algunas de las consignas que ya entraron en la posteridad.

Estar con el campo manifiesta elocuencia porque, de entrada, se está en contra de otra cosa. La frase connota un sentido de pertenencia y de afirmación, y en esa línea podría haber sido funcional a los adversarios del campo, quienes creen que la sustancia del conflicto hay que buscarla en el poder corporativo del campo como dueños de la tierra. Pero la consigna no produjo ese efecto en la opinión pública.

Este modesto artículo no pretende cavilar sobre tan inquietante sospecha. Simplemente se detiene en la consigna -dialécticamente perfecta- que ha envalentonado a los ruralistas, sacándolos, precisamente, de las profundidades del campo a la superficie siempre árida de la política.

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From: marioenrique, 1 hour ago