¡Chau Ale!...Deciles que me llevan...!!!
Nuevamente el Equipo de Argentino de Antropología Forense logró identificar los restos de otro de los jóvenes asesinados por el Terrorismo de Estado en Argentina durante la década del setenta. Se trata de Stella Maris Bojorge, quien fue a secuestrada en la madrugada del 2 de julio de 1977 de su domicilio paterno y cuyos restos fueron hallados a fines del pasado año en el Cementerio de la ciudad de
El comienzo de la historia
Aún no había transcurrido la medianoche del 1° de julio de 1977, cuando un grupo fuertemente armado irrumpe en el domicilio de Stella Maris Bojorge Puricelli, 23 años, aterrando a esta tranquila familia domiciliada en la ciudad de Mercedes, Provincia de Buenos Aires,
Stella Maris, se había recibido en
Ese primer viernes de julio, hacía solo unas pocas horas que había regresado a Mercedes para hacerse atenderse por un problema de salud, cuando es sorprendida en su propia casa por el referido grupo.
“Para sorpresa de los secuestradores, se encontraban en la vivienda varios familiares: Stella, sus padres, cinco hermanos, un cuñado y una sobrina a quién el día siguiente le festejarían su primer año de vida...Los hombres fueron llevados a una habitación, los obligaron a colocarse de rodillas, les ataron manos y pies y cubrieron sus rostros con fundas. Posteriormente fueron trasladados a un dormitorio y atados a los elásticos de las camas. Las mujeres fueron encerradas en el baño y en otras habitaciones..” narra en su relato el padre de Stella Maris ante
Ya al ingresar, preguntaron por “Pepón” y “Perica”, dos amigos de la joven, que estudiaban en
Arturo Carlos Bogorje, en busca de su hija, inmediatamente acudió al Regimiento 6 de Infantería de la ciudad de Mercedes, a cargo del Teniente Coronel Justo J. Rojas Alcorta, quién lo recibió el 4 de agosto, sin aportar ninguna solución a la angustia familiar.
A los cuatro días de esta infructuosa entrevista, el señor Bojorge recibe dos llamados telefónicos, citándolo a una entrevista en la ciudad de Luján para negociar la libertad de la muchacha. En la oportunidad, tres personas abordaron su automóvil portando armas largas y equipo de radio comunicación, asegurando tenerla cautiva y proponiendo liberarla a cambio de información sobre el paradero de un familiar a quién buscaban. Aseguraron que Stella Maris “no tenía cargos graves y no militaba de un año y medio atrás, después de la muerte de una compañera”, por lo que era factible su libertad siempre y cuando se les proporcionen los datos que necesitaban.
Ante la negativa del hombre, el grupo se retira, no sin antes amenazarlo con nuevos secuestros. Es así que cumpliendo su promesa, el 31 de agosto lo secuestran junto a dos familiares más. Durante un día entero es sometido a torturas para que proporcione el paradero de la persona a quien decían buscar, pero al no obtener información deseada, todos son liberados.
Obviamente la familia recurrió a la justicia, pero sin resultado alguno. También se acudió a
Y concluye el acongojado prelado: “De todas maneras, las autoridades eclesiásticas poco pueden hacer en angustiosos problemas como el de Uds. Aun que se han obtenido algunos resultados generales, en nuestras intervenciones por casos particulares los esfuerzos han sido siempre infructuosos. Dios les ayude y les conforte en tan penosos momentos”.
Y Dios ayudó...
El 4 de enero del año 1984 se difunden públicamente relatos de sobrevivientes del Centro Clandestino de Detención “
En ese listado, se menciona a Carlos Alberto Weber (Pepón),joven por el que habían preguntado los secuestradores aquel 1° de julio de 1977 y novio de Stella Maris desde hacía años. Los testimonios brindados en el Juicio por
Se trataba de Stella Maris Giourgas, 23 años, quién había sido secuestra- da en la ciudad de
Y la familia triunfó
Todos los datos reunidos coincidían: Stella Maris había estado cautiva en “
Con impresionante tenacidad los hermanos de la joven reunieron peque- ñas pistas, entrevistaron a numerosas testigos, buscaron en libros de hospitales y en registros de cementerios de los alrededores de la ciudad de
A partir de todos estos datos lograron ubicar ocho cuerpos ingresados como “NN al Cementerio platense en la madrugada del 22 de septiembre de 1977 y que fueron “encontrados” por la policía en las cercanías de la localidad de Berazategui, sospechándose que dichas muertes correspondían al resultado de un “traslado de prisioneros” retirados de “
Tal la técnica de “la inteligencia militar” y el marco de desinformación a que se sometía a la sociedad durante el gobierno cívico-militar, las 8 personas -to dos jóvenes entre 25 y 30 años- habían sido asesinadas en distintos grupos y en calles cercanas entre sí.
Así uno de ellos estaba compuesto por dos masculinos y un femenino, el otro grupo incluía a dos femeninos y un masculino y el tercer grupo era una pare- ja. Con ello se simulaba el escenario de un importante operativo antisubversivo y el abatimiento de toda una célula extremista, aunque las actas de defunción encontradas por la familia Bojorge denunciaban otra realidad al consignar la causa de las muertes de la siguiente manera: “Destrucción de masa encefálica por múltiples heridas de bala”. Según las Actas del Registro Civil el hecho aconteció a las 4,30 de la mañana y llamativamente seis certificados de defunción están firmados en forma entrecruzada por dos médicos. Se pretendía conformar el escenario de un crimen perfecto.
Así las cosas, en octubre del pasado año, por orden de
La historia deja más de una enseñanza, pues en el caso, el esfuerzo y la tenacidad de toda una familia logró reunir una impresionante cantidad de datos, que -vaya paradoja- estaban en poder del mismo Estado que asesinó a la joven secuestrada. Es bueno que el ejemplo sirva para que muchos otros sigan similar camino y quizás se obtengan mejores resultados, en esta búsqueda que ya lleva largos y penosos años.
Aunque también, el tema merece otras reflexiones. Una dedicada al Esta do Nacional y otra sobre el actuar de las Fuerzas Armadas en la década del 70, que merecen una amplia discusión.
Desde hace años
Y '...si el aparato del Estado actúa de modo que tal violación quede impune y no se restablezca en cuanto sea posible a la víctima la plenitud de sus derechos, puede afirmarse que ha incumplido el deber de garantizar su libre y pleno ejercicio a las personas sujetas a su jurisdicción' (Extraído del fallo de
Es obvio que ejemplos como este, muestran que la actividad del Estado en este sentido, es al menos tibia e indecisa para colaborar en la enorme tarea que aún resta realizar, quedando la iniciativa siempre en manos de familiares u organismos de derechos humanos.
La segunda reflexión apunta al accionar de las Fuerzas Armadas en la dé- cada del 70, cuando aplicaron la metodología no solo del asesinato de personas indefensas, sino también la del ocultamiento de los cuerpos, en un hecho sin precedentes en la historia de la humanidad, aun hoy sin justificación teórica o doctrinaria posible.
El derecho de enterrar a los muertos en el pensamiento de casi todos los pueblos antiguos había sido concedido aún con relación a los condenados a una muerte infamante o a los enemigos de la guerra y era juzgado como un castigo terrible el desconocer el destino de los restos de una persona lo que la asimilaba a un animal. Los pueblos civilizados, ya desde la misma Ilíada, prestaban suma atención al destino de los cadáveres, considerado esto como un rasgo distintivo frente a otras tribus a las que calificaban de impías por despreciar el cuidado de aquéllos.
La muerte en la guerra no era obstáculo para la devolución de los cadáveres de los parientes, medida adecuada a los usos y costumbres tanto del mundo helénico como del romano, considerándose una profanación cuando no se actuaba conforme a esos usos. Los orígenes de la tradición cristiana giran en torno a la devolución del cuerpo de Jesús por Poncio Pilatos y las reliquias de los muertos en la persecución eran tenidas en gran aprecio a punto tal que la reunión de lo cristianos alrededor de las reliquias de los santos y de las iglesias construidas sobre ellas, se convirtió en un rasgo específico de la civilización cristiana... (Del voto del Dr. Bossert en el fallo citado)
“Se trata de un principio moral reconocido desde la antigüedad, el derecho de los familiares de enterrar a sus muertos, que proviene de leyes no escritas y firmes de los dioses que no son de hoy ni de ayer sino de siempre y nadie sabe a partir de cuándo pudieron aparecer” (Sófocles, 'Antígona', v. 455-459. ed. Ma drid, Alianza Ed. 1997, versión de José M. Lucas de Dios, p. 185. Voto del Dr. Bossert ).
Esta es otra de la cuestiones pendientes y al no cerrarse definitivamente se afecta un... “Derecho cuya vulneración configuró en todos los tiempos la perpetración de una impiedad. Es una noción que el hombre opone al salvajismo... Cuestionar ese derecho implica negar que un sujeto posee una dignidad mayor que la materia. Y ello afecta, no sólo al deudo que reclama, sino a la sociedad civil, que debe sentirse disminuida ante la desaparición de alguno de sus miembros, 'una sociedad sana no puede permitir que un individuo que ha formado parte de su propia sustancia, en la que ha impreso su marca, se pierda para siempre (Robert Hertz, 'La muerte', Alianza Editorial Mexicana, 1990, p. 91). (Id. Anterior).
Por ello, nunca más acertadas las palabras del distinguido jurista, cuando concluye en sus apreciaciones, manifestando: 'El juicio del tiempo sobre cada conducta puede ser variable en el plano político, porque a la luz de la experiencia es dable ver quién acertó y quién equivocó el camino. Pero el juicio en el plano moral es inequívoco. Hubo quienes defendieron y quienes menospreciaron la dignidad humana'.
La noche de las escopetas
Pero la historia no termina aquí. ¿ Que suerte corrieron los jóvenes Carlos Alberto Weber, “Pepón” y Stella Maris Giourgas, “Perica” por quienes también habían preguntado los secuestradores aquellas ultimas horas del 1° de julio de 1977 ?.-
Otras investigaciones, pudieron determinar que fueron ejecutados la noche del 19 de julio de aquel mismo año en el camino que une
Habían sido sacados del Centro Clandestino de “
La prensa aludió a la noticia como un triunfó sobre la subversión y el Estado en una misma acción sumó: una liberación, le atribuyeron mi secuestro a Montoneros, mataron secuestrados, recuperaron el automóvil del Dr. Centeno reforzando la teoría de que también había sido muerto por dicha organización y se vendió la operación como un éxito de las fuerzas legales.
A más de ello, las Fuerzas Armadas pretendían atribuir a “organizaciones extremistas” el cautiverio del resto de los abogados secuestrados en “
La mayoría de los tiros fueron de escopeta y el hecho, a la luz de la historia, resulta ser un homicidio, cuya autoría ha sido confesada públicamente por sus propios ejecutores, al difundir por los diarios la noticia de “un enfrentamiento armado” que solo fue uno de los tantos crímenes de la época.
Las víctimas en este caso, son los testigos vivientes de este fraude y su “palabra” nunca podrá ser desvirtuada.
Pero, aún queda la incógnita ¿ cómo y porqué estos jóvenes fueron trasladados hasta Mar del Plata para semejante simulación? ¿ en dónde encaja una y otra historia? ¿ que mecanismo perverso ideó tremendo sistema de eliminación de personas?,.
A pesar de todo, siempre alguna luz se enciende. La más importante -por ahora- es la de Stella Maris Bojorge que brilla sobre su cielo de Mercedes. Es seguro, también, que pronto se develará el misterio de lo acontecido con sus compañeros en aquel siniestro camino marplatense.
Autor: Carlos A. Bozzi es sobreviviente de
Dr. Mario Enrique Abait
No hay comentarios.:
Publicar un comentario