3/30/2008

El liderazgo para un mundo más humano

28 03 2008

¿Quién nos da permiso para explorar nuestro mundo? La pregunta da a entender que el mundo en realidad le pertenece a alguién más. ¿Quién nos da permiso para comunicar lo que creemos, lo que experimentamos y lo que descubrimos? La pregunta refleja una historia de voces oprimidas, de culturas enteras que han llegado a creer que sólo el poder tiene autorización para hablar. Porque la capacidad de hablar implica poder y conlleva la propiedad y el control que ésta confiera. Pero las cosas han cambiado. Internet, la Web 2.0 y la horizontalización de los medios, están alternando el escenario en que hoy nos movemos.

Tengo la percepción que la mayoría de los dirigentes empresariales, políticos y religiosos que hoy gestionan este mundo, parecen insensibles al cambio global que hoy siento está teniendo nuestra sociedad. Con la llegada de una nueva cultura: la de la Web 2.0, el rol del liderazgo en las organizaciones debe necesariamente concebirse de un modo diferente. En un contexto en el que la creatividad y el capital intelectual son determinantes de los cambios tecnológicos que hoy afectan, creo yo favorablemente, al mundo. El mundo necesita de nuevas ideas y soluciones creativas y estas requieren dedicación e involucramiento, es decir de un profundo compromiso.

Si las empresas y organizaciones entienden la importancia de las nuevas ideas en el actual contexto, pero las buscan sólo en un grupo de gerentes parcialmente ilustrados estarán amordazando a la mayoría de los trabajadores. Si piensan que sólo algunos están capacitados para pensar, y los demás obligados a cumplir un horario, el fracaso queda asegurado. La aristocracia corporativa está muriendo. Los directivos de las empresas tienen que aprender a vérselas con personas que son libres para saber, ir, hacer y ser. Se trata de las nuevas generaciones, más capacitadas y adaptadas a la actual velocidad de los cambios, quienes tienen una actitud cada vez más selectiva y un comportamiento más crítico en relación al trabajo en que se desempeñan.

Platón, en la República imaginaba al filósofo como el ser más apto y capacitado para dirigir el destino de los Estados. El exhaustivo estudio de la naturaleza humana y del mundo de las ideas, le otorgaba a este, la prudencia y sabiduría necesarias para las artes del buen gobierno. Salvo unas pocas excepciones, como el emperador romano, Marco Aurelio, los filósofos siempre fueron marginados del poder. ¿Alguna vez se detuvieron a pensar porqué?

El éxito de las organizaciones depende hoy más que nunca, de cómo sus líderes comprendan que el principio de autoridad debe necesariamente complementarse al principio del conocimiento. El verdadero líder de hoy poco se asemeja a aquel nefasto personaje, el Jefe, que controlaba todo desde su posición panóptica en la fábrica con la intención de señalar implacablemente y castigar la ineficiencia, y cuyo único objetivo era enriquecerse a costa de la planta. El control, como máquina de impedir, ha gobernado más por veto que por genuino liderazgo.

Estoy convencido que el líder verdadero se debe parecer más a un gurú vestido de elegante occidentalidad casual. Tendría que ser más un consejero, una fuente de inspiración, un motivador o un director de orquesta. Un verdadero líder, con profundo sentido humanista, intenta inspirar más que exigir, ya que entiende que los subordinados se heredan, pero los seguidores se ganan; promueve el espíritu crítico en los demás, es carismático, sabe que usar su poder para reclamar y demandar, conduce al final de cuentas a la pasividad de sus subordinados y no a la acción proactiva. Quienes tengan la responsabilidad de ser líderes, en cualquier ámbito que se considere, deberían tratar de promover un trabajo espiritualmente pleno, socialmente constructivo, experimentalmente diverso y emocionalmente enriquecedor, que fomente la autoestima, y constituya un desafío creativo para todo el grupo, al punto que el trabajo se convierta en la forma de auto-expresión de cada empleado, promoviendo la necesidad inagotable de crear, crecer, aprender, sentirse más y más vital y ser feliz.

Se debe distinguir claramente la diferencia entre dirigir y liderar. Dirigir, gerenciar u organizar es trabajar con y por medio de personas y grupos para conseguir determinados objetivos organizacionales, mientras que liderar es influenciar en el comportamiento humano, sin olvidar los objetivos a alcanzar ni perder de vista que los empleados son seres plenos de inteligencia y vívida emocionalidad. A los jefes se les da poder, pero un líder lo debe conseguir por sí sólo. El líder es el responsable de crear una visión con significado y lograr que ésta sea comprendida y compartida por todos los trabajadores.

El Ser Humano, con mayúsculas, no debe ser un recurso a ser explotado, es un talento que se debe desarrollar para beneficio de sí, de la organización y de toda la humanidad entendida ésta como esa multitud diversa en vías de organización e interiorización. No debe sorprender que los hombres de negocios formados en la modernidad industrialista sean seres tan asombrosamente primitivos, incultos y hasta bestiales. Por que viven en un mundo regido por la simplificación; sus únicos objetivos son la obtención de ganancias en desmedro de sus subordinados; el robo de la plusvalía, como lo apunta Carlos Marx.

Las principales tareas de los líderes que reclama el mundo de hoy consisten en establecer y comunicar con pasión los valores, la visión y la misión de las organizaciones a las que sirven, comprender las necesidades de los empleados y clientes, saber escuchar, motivar en lugar de imponer su autoridad, ser convincente en vez de tener una actitud coercitiva, garantizar un adecuado sistema de reconocimiento del justo mérito a través de premios e incentivos (materiales o no), facilitar el aprendizaje, tener una actitud empática y promover la sinergia, construir una visión compartida, una cultura cooperativa y un clima de respeto y ética, mostrar el camino a seguir a través del ejemplo personal, fomentar la innovación, el progreso y mejoramiento continuo, dignificar y respetar a los empleados y hacer que estos se respeten entre sí, fomentar la confianza, darse cuenta que su éxito es el éxito de todos y así siguiendo .

Hay recursos que por su naturaleza son productores de vida, renovadores de potencialidad, generadores de diversidad y enriquecimiento colectivo. Recursos tales como la comunicación y el lenguaje, el amor y el conocimiento, la creatividad sin límite que como especie poseemos, el poder de la voluntad y el sentido de superación, la memoria colectiva, el humor y la alegría compartida, la identidad grupal, la democracia, etc. Imaginar, crear, fortalecer y despertar esos recursos es la tarea de los verdaderos líderes, de aquellos que hoy son responsables de iluminar con el ejercicio ejemplar de sus actos, nuestro camino hacia el mañana. Esto vale tanto, para aquellos que encabezan los directorios y gerencias de las grandes empresas, como para los maestros, educadores, profesores, emprendedores sociales y todo aquel que sienta el impulso de transformarse en agente de los cambios que reclama nuestro mundo.

Carl Gustav Jung decía que “donde reina el amor no hay deseo de poder; y donde el ansia de poder es supremo, está faltando el amor”. En cierta forma el amor y el poder se excluyen mutuamente a menos que nos dejemos llevar por el poder del amor. Teilhard de Chardin decía que “a pesar de todas las aparentes improbabilidades, nos acercamos inevitablemente a una nueva era en la que el mundo abandonará sus cadenas, para entregarse por fin al poder de sus afinidades internas. Tenemos que creer sin reservas en la posibilidad y las consecuencias necesarias del amor universal”. Cuanto más sean y cuanto más pronto se den cuenta los líderes de hoy de la urgente necesidad de cambiar en esta dirección, más fácil será construir un futuro en beneficio de toda la humanidad.

Postdata: vean cómo se trabaja en Google y se va a entender más lo que intento transmitir.

Basado en el libro: La Red y el futuro de las organizaciones. Más conectados…¿Más integrados?


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From: marioenrique, 1 hour ago