"Es posible ordenar la historia personal a partir de los 'quiebres' sentimentales, o pateaduras, o abandonos o todos los eufemismos que utilicemos para aquellas veces que nos han roto el corazón, y siendo justos, las veces que lo hemos roto.
La patatela de la pateadura del primer pololo, la crisis estructural del fracaso de un matrimonio, la pena negra del término de una relación larga y el dolor sin fin del abandono.
Rescato la sabiduría de la frase de que más vale el corte con dolor que el dolor sin corte. Es cierto, es ley. Lo que me abruma es que definitivamente, en el tema del dolor, no se aprende.Todas nos generan un puto dolor en el pecho que no nos abandona, es cierto. El tema está en que duele de manera diferente, por lo menos a mí. Pasan los días y el dolor se hace más permanente, lejos de disminuir aumenta y se enquista.
En el estado crepuscular que me embarga, a cada momento me abandonan más y más los escasos rayos de luz que me acompañan.
¿Señal de que llegará el día sin amanecer?
A lo mejor ese puto dolor en el pecho hace que mi corazón se detenga, que ya no duela y pueda descansar de la pena y me olvide."
Nota: texto que vuela por la blogofera y germina en las paginas de aquellos que tienen el alma sensible .
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