11/27/2006

RAMÓN J, CARRILLO: EN EL CENTENARIO DE SU NACIMIENTO(1906-2006)

Tandil, 27 de Noviembre de 2006.-

Sra. Presidente

Honorable Concejo Deliberante

Dña Nilda Fernández

Su Despacho

REF: Avda Dr. Ramón J Carrillo

Me dirijo a UD. y por intermedio al Honorable Concejo Deliberante con el propósito de que tome estado legislativo y trate- a posteriori- la propuesta de nominar la actual Avda Brasil en toda su extensión con el nombre del Dr. Ramón J. Carrillo.

Fundamentos:

El presidente Néstor Kirchner, en nombre del Gobierno Nacional ha declarado en los primeros días de enero del año 2006 como “Año del homenaje al Dr. Ramón J. Carrillo”. Es un merecido reconocimiento que se hace al creador del sanitarismo argentino al cumplirse cien años de su nacimiento y cincuenta de su fallecimiento.

El Doctor Carrillo nació en Santiago del Estero el 7 de marzo de 1906. Cursó la enseñanza primaria y secundaria en su provincia y se recibió de médico en la Universidad de Buenos Aires en 1928. Ganó una beca para perfeccionar sus conocimientos de neurocirugía durante tres años en Holanda, Francia y Alemania. A su regreso, organizó el laboratorio de Neuropatología del Instituto de Clínica Quirúrgica y el Servicio de Neurología del Hospital Militar. En 1937 recibió el premio Nacional de Ciencias por sus trabajos de investigación. En 1942 fundó la Sociedad Argentina de Historia de la Medicina. Fue profesor titular de la cátedra de Neurocirugía de la Facultad de Medicina de la UBA.

En 1945, conoció al entonces coronel Perón cuando fue encarcelado en el Hospital Militar, cuando era jefe del Servicio de Neurología. En 1946 fue designado Secretario de Salud Pública de la Nación por el recientemente elegido presidente de la Nación, Juan Domingo Perón. En 1949, con la reforma constitucional de 1949, se crea el Ministerio de Salud Pública, siendo Carrillo el primer ministro. Escribe el Plan Analítico de Salud Pública, una pieza muy bien elaborada. Dividió al país en zonas sanitarias con lo que llamó “la centralización normativa y la descentralización ejecutiva”. Con este concepto se pudieron llevar a cabo las grandes campañas de vacunación antivariólica y antidiftérica en todo el país.

El Dr. Carrillo remarcaba:

1. Todos los hombres tienen igual derecho a la vida y a la salud.

2. No puede haber política sanitaria sin política social.

3. De nada sirven las conquistas de la técnica médica si éstas no pueden llegar al pueblo por los medios adecuados.

Enfatizó su trabajo desde el ministerio en la medicina preventiva, la medicina social y la atención materno-infantil.

Creó la EMESTA, la primera fábrica nacional de medicamentos y apoyó a los laboratorios nacionales contra las trasnacionales farmacéuticas.

Erradicó el paludismo con la colaboración de los doctores Carlos Alberto Alvarado y el santafecino Héctor Argentino Coll.

Se construyeron cientos de grandes hospitales, centros de salud, hogares para niños y ancianos y puestos sanitarios de frontera

Regionalizó el sanitarismo, clasificando a los hospitales por nivel de complejidad y creó puestos de agentes sanitarios en zonas rurales.

Logró introducir en la carrera de Arquitectura la materia “Arquitectura sanitaria”.

Siempre trabajó sobre tres ejes:

1. Medicina asistencial (médico-enfermo)

2. Medicina sanitaria (enfermo-médico-Estado)

3. Medicina social (enfermo-médico-Estado-comunidad)

Padecía de una hipertensión arterial con severas cefaleas que lo invalidaba temporariamente para el desempeño de sus funciones.

Dentro del gabinete fue perseguido por el vicepresidente Teisaire y sus seguidores, denunciándolo como más católico que peronista, lo que lo distanció del General Perón. Como Carrillo decía, “las intrigas vienen porque ya estaba todo hecho en el Ministerio”. Renunció a su cargo el 31 de julio de 1954.

Partió con su familia a USA para hacerse tratar de su enfermedad. Estando allá, lo sorprendió la llamada revolución libertadora, que derrocara a Perón en septiembre de 1955. Se lo acusó de enriquecimiento ilícito y se confiscaron los pocos bienes que poseía en Argentina. En estado de gran pobreza, fue a trabajar a Belem de Pará en Brasil como empleado de una compañía minera, ejerciendo también la medicina rural. En esta población sufrió un severo accidente cerebro-vascular y falleció el 20 de diciembre de 1956. Recién en 1972 se permitió repatriar sus restos que fueron enterrados en Santiago del Estero, como él lo había pedido.

El creador del sanitarismo en el país y primer Ministro de Salud Pública de la Nación tiene numerosos hospitales, barrio, calles, institutos, colegios con su nombre, a lo largo y ancho de la geografía de la Republica Argentina.

Nuestra ciudad, a cien años de su nacimiento, debe rendir un cálida homenaje a éste hombre que brindo su vida pública al servicio de la salud de los argentinos, imponiendo a una importante vía de acceso (la actual avda Brasil) a la ciudad su nombre.

Elevo dicha propuesta con la esperanza que nuestra ciudad se una este año 2006 al homenaje que merece tan destacada personalidad de la medicina argentina.

Addenda

[De Ramón Carrillo. El hombre... El médico... El sanitarista]

“… No tengo odios y he juzgado y tratado a los hombres siempre por su lado bueno, buscando el rincón que en cada uno de nosotros alberga el soplo divino."

"Si yo desaparezco queda mi obra y queda la verdad sobre el esfuerzo donde dejé mi vida": el resumen de las obras más importantes entre 1946 y 1954 enumera 141 hospitales, 60 Institutos de Especialización, 50 Centros Materno-Infantiles, 16 escuelas técnicas, 23 Laboratorios e instituciones de diagnóstico, 9 hogares-escuela, Centros Sanitarios y Centros de Salud en todas las provincias; duplicación del número de camas hospitalarias en el país; "campañas integrales" para eliminar endemias, logrando la eliminación del paludismo; formación y organización de recursos humanos; reducción de la mortalidad infantil a la mitad y nacionalización de la industria farmacéutica.

"Mientras los médicos sigamos viendo enfermedades y olvidemos al enfermo como una unidad biológica, psicológica y social, seremos simples zapateros remendones de la personalidad humana."

"Debemos pensar que el enfermo es un hombre que es también un padre de familia, un individuo que trabaja y que sufre; y que todas esas circunstancias influyen, a veces, mucho más que una determinada cantidad de glucosa en la sangre. Así humanizaremos la medicina."

"En una sociedad no deben ni pueden existir clases sociales definidas por índices económicos. El hombre no es un ser económico. Lo económico hace en él a su necesidad, no a su dignidad."

"Todos los hombres tienen igual derecho a la vida y a la salud."

"No puede haber política sanitaria sin política social."

"De nada sirven las conquistas de la técnica médica si ésta no puede llegar al pueblo por los medios adecuados."

"Frente a las enfermedades que produce la miseria, frente a la tristeza y el infortunio social de los pueblos, los microbios, como causa de enfermedad, son unas pobres causas."

DR. MARIO ENRIQUE ABAIT

LE 8.429.926

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