Se murió uno de los testimonios vivientes más importantes de la llamada resistencia peronista. Por apellido y cercanía familiar participó de la primera cuando el dictador Pedro aramburu ordenó fusilar a su padre, el general Juan José, en la Plaza Las Heras. La marcó para siempre y fue el principio de su compromiso en la lucha política de la causa de los sectores más revolucionarios del peronismo. Fue encarcelada, torturada por la verdadera Tiranía hasta la pérdida de uno de sus mellizos nacido en cautiverio. Luego de hacer entre otras cientos de cosas "correo de Perón" cuando el Viejo vivía en Madrid, se unió a las organizaciones de la tendencia en los 70 por lo que nuevamente fue perseguida. Desde su regreso al país se constituyó tras tanto lucha y sufrimiento -del que nunca se quejó- en una "mimada" de todos los sectores del peronismo. Los "gorilas" -como ella y todos los llamaban- estarán de fiesta ya que murió una pura sangre del hecho maldito. Los que la quisimos siempre también festejamos su vida y respetamos su muerte como un paso más de su imborrable lucha. La memoria, sin duda, será más fuerte aún.
El recuerdo de la compañera Susana Valle nos invita hoy a rendir un emocionado homenaje a su memoria.
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