6/07/2011

4 de Junio de 1943: ¿ Algo más que un prólogo ?

La etapa iniciada aquella neblinosa mañana de 1943, no fue fácil ni divertida. Con el tiempo, y merced a aciertos de gestión mezclados con errores y contradicciones, apreciaríamos que fue necesaria. No se redujo a un mero “prólogo a Perón”, como aún creen algunos olvidando o menospreciando las realizaciones intrínsecamente “junianas”.
Uno de los escasos políticos que entonces vio claro fue Arturo Jauretche, a quien lo anecdótico no distraía de lo esencial, y que venía clamando, como otros argentinos angustiados y furiosos, por una reacción militar de signo y contenido nacional que compensara e hiciera olvidar el 6 de septiembre de 1930. Saludó el pronunciamiento sin la mística mesiánica del nacionalismo de “derecha” y sin ilusiones, pero lo saludó.
Coexistieron en los equipos de Ramírez pronazis, probritánicos, agentes yanquis, neutralistas consecuentes y nacionales “propiamente dichos”. Algunos de éstos, ya sin partido, cooperarían en la creación del peronismo.
Las agrupaciones políticas “tradicionales” olfatearon enseguida que aquel gobierno no las amaba, y correspondieron a tamaño desdén -sin precedentescon notable simetría. El general Carlos von der Becke demostró en el Círculo Militar la “absoluta imposibilidad de un desembarco aliado en Normandía”, práticamente a la misma hora en que éste había comenzado, según pudo saberse poco después. En 1955 presidió el tribunal “de honor” que privó a Perón del grado y el uniforme… Dos patéticos ejemplos de su ligereza como profeta.
La marcha de la contienda mundial, y la ya inocultable importancia adquirida por el coronel Juan Perón en los mandos militares y cargos de gobierno, se tradujeron en el relevo de Ramírez por el general Edelmiro J. Farrel. El desplazado había tenido que asimilar en silencio un episodio incómodo: la intervención de Tucumán, toda ella nacionalista, “fusiló” el retrato presidencial antes de irse dejando la bandera a media asta, por la declaración de guerra de Alemania, con el Japón rendido e Italia “fuera de combate”.
No es arbitrario asignar al régimen “juniano” los siguientes aportes:
• La tímida, precaria sustitución de importaciones a causa de la guerra en los mares, devino nacimiento de la industria argentina pesada. Fabricaciones Militares, hasta entonces poco más que un sello, se convirtió en hada tutelar del acero nacional. Con el general Savio alcanzaría, en la primera presidencia de Perón, niveles comparables a los actuales.
• El Ejército ocupó la franja vacante, por dejación del empresariado industrial nativo, en sectores decisivos del desarrollo.
• La dinámica social tuvo un portentoso impulso por parte del consabido coronel que asumió las tres oficinitas del Departamento Nacional del Trabajo con más entusiasmo y orgullo que la Vicepresidencia y los ministros de Guerra y Relaciones Exteriores.
• Con autoritarismo en ciertos casos cavernario, se reivindicaron sin embargo valores de la nacionalidad vinculados con la religión, el idioma, la cultura, las artes y letras, la investigación histórica y antropológica.
• En lo hechos, y sobre la marcha, se concretó lo que después se dio en llamar “alianza popular-militar”, sin la cual (nada que ver con “pacto” alguno) no hubiese llegado Perón a la presidencia ni permanecido en ella hasta septiembre de 1955.
A nuestros veinte años no saludamos el 4 de junio de 1943 porque, siendo políticamente populares, no éramos todavía del todo nacionales. Desconfiábamos de unas fuerzas armadas en apariencia idénticas a las de 1930. Pero en 1946, al dejar la Casa de Gobierno el general Farrel, ya habíamos entendido y aprendido algo.
Luis Alberto Murray
[Publicado por MRP]

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From: marioenrique, 1 hour ago