3/21/2009

Seminario de Desarrollo Local: aportes de ideas

Exposiciones & Ideas

“Aunque no lo crean, hay intendentes que dicen que la desocupación no es asunto de ellos”

Esto lo dijo un importante catedrático en la apertura del Seminario de Desarrollo Local que contó con mucho público y pocos dirigentes y funcionarios. El tema central fue la construcción de institucionalidad teniendo en cuenta el trabajo en el territorio. Una charla apasionante que aquí NUEVA ERA intenta describir, al menos, un fragmento.


Fabio Quetglas, master en Gestión de Ciudades en la Universidad de Barcelona, sacudió a la concurrencia con varias observaciones referidas a lo que se ha dado en llamar desarrollo local, un concepto que no es nuevo pero que se potenció con la globalización y con la necesidad de enfrentarla a través de territorios fuertes con identidad.

Esto ocurrió en el marco del seminario denominado «El Desafío de Construir Institucionalidad para el Desarrollo Local» realizado en el Teatro del Fuerte con la presencia de varios panelistas y organizado por el municipio a través de la Secretaría de Desarrollo Local.

La expresión que da título a esta nota fue una de las más impactantes de la jornada a tal punto que Quetglas, ya en la despedida, tuvo que aclarar que «los políticos me invitan una vez, pero no hay una segunda vez». Evidentemente su razonamiento le adjudica a los municipios no sólo libertades sino responsabilidades mayores.

«Aunque no lo crean, hay intendentes que dicen que la desocupación no es un problema de ellos», dijo enfáticamente y luego explicó el abordaje de este concepto al señalar que es necesario trabajar por la coexistencia territorial, «hay una heterogeneidad en la forma y el estilo de vida pero debe haber una homogeneidad de ciudadanía», sostuvo.

Para el expositor, una figura reconocida internacionalmente en el análisis de este tema, «la institución por excelencia es el Estado y en este momento está stressado porque replica la línea industrial, es decir, para dar un ejemplo, que un expediente recorre todo un trayecto parecido a una línea de producción».

Para Quetglas cuando los jefes comunales le tiran la pelota de los problemas de todos al Estado provincial o nacional, «es una regla de un modelo organizacional agotado. Todos debemos ocuparnos de todo, dicho en otras palabras debemos pasar de una sociedad lineal a otra recticular. Esto da lugar a una nueva institucionalidad. No se explica porqué las empresas cambian, las universidades cambian y el Estado se resiste a cambiar».

No obstante, el expositor se preocupó en resaltar que no hay que copiar modelos sino mirar la propia realidad territorial: «no hay que clonar. El presupuesto participativo puede ser útil para una ciudad y desastroso para otra».

Sin necesidad de dar recetas («si las tuviera mis honorarios serían mucho mayores»), esbozó algunos puntos básicos:

-Fortalecer el proceso industrial micro.
-Asumir el costo del entorno favorable.
-Asumir los riesgos de una economía difusa.

-Donde hay diversidad, hay tensiones pero más garantías para el desarrollo.
Fue muy gráfico en este último punto: «hay ciudades agrícolas donde el artista que quiere pintar tiene que emigrar, para evitar esto, hay que lograr una construcción territorial vinculada a la calidad de vida de la gente».

Para Quetglas estos temas se piensan a modo de una orfebrería, recogiendo los lazos históricos de cada territorio: «reconstruir la institucionalidad no es una decisión política sino un trabajo de orfebre».

Al finalizar la charla se le preguntó cómo hacer para que los políticos no saquen réditos personales de programas que contemplen estos conceptos: «esto es cómo pensar que un chico saque a bailar a una chica sin dobles intenciones (risas) pero igual no está mal que así sea, si el político es responsable y se compromete, está bien que busque su rédito. El poder tiene mala prensa pero hay una justificación ética». Esto lo llevo, casi, al tema central: el cultural, «lo último que cambia es la cultura, es más fácil reformar la Constitución que lograr un cambio cultural, es más fácil hacer una norma prohibiendo fumar que lograr que la gente deje de hacerlo».

También fustigó latiguillos enquistados en la sociedad argentina como lo que suelen decir algunos economistas como que una inflación del 10% es fácil de bancar, «es una catástrofe que digamos eso».

Resaltó que las microinstituciones son las que pueden hacer las grandes diferencias, «ellas, por ejemplo, son las que mejor manejan el recurso más escaso que tenemos y que es el tiempo, porque son las que expresan mejores sistemas de disciplina como la puntualidad, por ejemplo».

Pero también habló de instituciones que sirvieron para una época de la Argentina pero que ahora tienen que actualizarse porque si no tienden a desaparecer.

A modo de despedida, hubo otro mazazo: «una institución es tal cuando se torna solidaria, ¿ustedes vieron a farmacéuticos defendiendo a los almaceneros o a los hoteleros luchar por los metalúrgicos?. Insisto: tiene que haber una ciudadanía homogénea donde todos nos ocupemos de todo».

El encuentro contó con una buena cantidad de público en general y dos políticos. Punto.

1 comentario:

Adler09 dijo...

Buenas, soy de Coruña, españa...Y buscando por los blogs, para conocer gente con gustos afines y tal, encontre su blog, bueno sus blogs, estan bastante bien, bastante para leer y bien diversos...Saludos y siga haciendo tan buenos los blogs, jeje

El poder de las redes

El Poder De Las Redes

From: marioenrique, 1 hour ago