Represión ilegal | |
Tres militares retirados, Aníbal Ignacio Verdura, Juan Carlos Castignani y Horacio Rubén Leites tienen prohibida la salida del país. Así lo resolvió el juez federal Juan José Comparato, quien investiga la represión clandestina en la región durante la dictadura. Comparato también elevó a juicio el caso de un desaparecido de Las Flores, Carlos Labolita, quien fue amigo de Néstor Kirchner.
Se suman otros tres ex militares a la prohibición de salir del país por presunta participación en la represión ilegal, de cara a la causa que está sustanciando el doctor Juan José Comparato, del Juzgado Federal de Azul. Y esta vez no se trata de cargos intermedios: con fecha del 27 de diciembre, a pasos de concluir el 2007, salió la cédula ordenando la medida en relación al ex jefe del regimiento, el general retirado Aníbal Ignacio Verdura; el coronel retirado Juan Carlos Castignani y el teniente primero retirado Horacio Rubén Leites.
La cédula indica textualmente que "en la presunta comisión de los delitos investigados en autos, dispónese como medida cautelar la prohibición de salir del país de los mencionados militares a cuyo fin líbrese oficio a la Dirección Nacional de Migraciones, Estado Mayor del Ejército, Policía Federal Argentina, Prefectura Naval Argentina y Gendarmería Nacional".
Los otros dos que tampoco pueden trasponer las fronteras son el capitán retirado Walter Grosse y el sargento retirado Omar Ferreyra. En estos dos últimos casos, la orden data de junio de 2006. Y en la misma cédula del 27 de diciembre último se vuelve a ordenar librar un oficio "a la Prefectura Naval Argentina y Gendarmería Nacional con el fin de poner en conocimiento la medida cautelar de prohibición de salir del país decretada contra el suboficial mayor retirado Omar Antonio Ferreyra, con fecha 28 de junio de 2006".
La historia
La medida tomada por Comparato la semana pasada, sería ya el paso previo a los llamados a declaración indagatoria en un notorio aceleramiento de la causa a partir de que la Cámara de Casación resolvió que la competencia en la causa federal por los centros clandestinos quedaba en manos de Comparato y no ya del juez capitalino Daniel Rafecas.
De alguna manera, si bien la decisión de la Cámara no precisaba en la resolución hasta qué responsabilidad en la línea de mandos quedaría en manos del azuleño, la prohibición a Verdura da cuentas de que será abarcado dentro del juzgamiento. Por lo pronto, el hombre -que tuvo en sus manos la órbita de acción del Ejército en esta zona, en la que desaparecieron numerosas personas y en la que funcionaba entre otros el centro clandestino de detención Monte Peloni- reside desde hace años en Santo Tomé, provincia de Corrientes.
Obviamente, más allá de que la orden abarca a tres ex militares, la gran relevancia radica en Aníbal Ignacio Verdura. Fue indudablemente un personaje central en la zona en los años 70. Su nombre aparece citado en el grueso de las testimoniales de las víctimas y de sus familiares. No era, además un hombre común. Supo codearse en aquellos duros años de plomo con hombres y mujeres de relevancia social en la ciudad. Y que, fue inclusive defendido a través de solicitadas cuando la dictadura comenzaba a caer a pedazos y se desnudaban paulatinamente las primeras denuncias sobre su rol en ese tiempo. Allí se negaba todo vínculo con ilegalidades en momentos en que el Senado de la Nación debía decidir su ascenso de coronel a general dentro de la jerarquía militar.
Cuando Raúl Ricardo Alfonsín creó la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas y tiempo después se editó el libro Nunca Más allí se pudo leer masivamente que "existió una estrecha vinculación entre estos campos, ubicados en el área de Seguridad 124, cuyo Jefe en el momento de los hechos denunciados era el entonces teniente coronel Ignacio Aníbal Verdura, a su vez jefe del Regimiento 2 de Tiradores Blindados de Olavarría. Algunas de las víctimas aparecieron en el Regimiento 10 de Tandil, o en la Cárcel de Azul, correspondientes a la Subzona de Seguridad 12, mientras que otros prosiguieron su cautiverio clandestino en la Brigada de Investigaciones de La Plata, ya en jurisdicción de la Subzona 11, bajo dependencia del I Cuerpo de Ejército".
Contactos
En cada lugar en el que se residió supo granjearse de la amistad de sectores de peso social. Aunque desde hace años debió hundirse en el más profundo ostracismo cuando se vio obligado a renunciar tras su presunta participación en un intento de atentar contra el presidente Alfonsín, durante su visita a la sede del III Cuerpo de Ejército, en Córdoba. Eran exactamente las 15.42 del 19 de mayo de 1986 cuando se descubrió un proyectil de mortero de 120 milímetros y tres kilogramos y medio de trotyl en tres panes. No era cualquier momento del país. Eran los tiempos en que se intentaba torcer todo intento de hacer justicia respecto del terrorismo de Estado.
Ya pasaron muchos años desde entonces. Fue por ese tiempo que su nombre desapareció de todo ámbito y no mucho después se radicaría en la calle Brasil 879 de Santo Tomé. Allí tampoco pudo sustraerse de sus vínculos con la elite social y fue elegido vicepresidente de la Junta Sanmartiniana.
Un nombre reiterado
El doctor Comparato dijo ayer a este diario que la prohibición fue pedida por el fiscal Oscar Blanco "como una medida de reaseguramiento porque están imputados en la causa".
En verdad, ya el nombre de Verdura aparecía en declaraciones ante diversos estrados en los primeros días desde la recuperación de la democracia. Exactamente el 16 de enero de 1984, ante el Concejo Deliberante de Trenque Lauquen y por escrito, Domingo Faustino Barbetti declaró que el 26 de enero de 1976, a las 3.10 de la madrugada, Verdura, Grosse, varios suboficiales, soldados y "hasta perros" irrumpieron en su casa disparando "a quemarropa".
En mayo de 2005, tras los juicios de la verdad realizados en el Club Social, los abogados César Sivo -de la querella- y Julio Darmandrail -fiscal del Tribunal Federal- coincidieron en que había quedado evidenciada la labor conjunta de grupos de tareas del Ejército y de la Policía y que había surgido como cabeza visible el ex jefe del Regimiento, Aníbal Ignacio Verdura. En aquella oportunidad, Sivo dijo a EL POPULAR que "cuando todo esto se vuelque en el proceso penal creo que va a ser un hecho que quedará detenido".
En esa misma instancia también quedó al desnudo que tras permanecer largos días ilegalmente en Monte Peloni, un grupo de desaparecidos fue llevado a "la escuelita del Regimiento".
En el reconocimiento al centro clandestino ordenado por Comparato y concretado el 24 de abril de 2006, los rastros del Ejército -territorio manejado por Verdura- aparecían a la vista por todos lados. Por empezar en la parte trasera de la casona se podía leer en letras rojas: "Alto, zona militar". Pero también en pintura verde militar había dos escudos. Uno propio del Ejército y el otro que decía C2, aludiendo a Caballería de Tanques 2. Los platos de comida tenían también las letras EA y según testimonió ese día la ex desaparecida Araceli Gutiérrez ante el juez federal "la ropa interior estaba hecha de tela miseria. De un lado, decía Ejército Argentino y cuando me blanquearon todavía la llevaba y las guardias dijeron que tener eso no era conveniente".
El grueso de los hechos que hoy están a punto de juzgarse ocurrieron hace demasiado. Algunos militares ya murieron. Muchos de los testigos clave también. Y el propio Comparato lo dijo cuando promediaba abril de 2005 en que comentó a los referentes de la Secretaría de Derechos Humanos que "no pretenderán que se resuelva rápidamente algo que ocurrió hace 30 años". Ese momento empieza a acercarse cada vez más aunque en algún tiempo pareciese un imposible.
Fuente: Claudia Rafael - El Popular
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